Otro poco de calma, camarada, de César Vallejo | Poema

    Poema en español
    Otro poco de calma, camarada

    Otro poco de calma, camarada; 
    un mucho inmenso, septentrional, completo, 
    feroz, de calma chica, 
    al servicio menor de cada triunfo 
    y en la audaz servidumbre del fracaso. 

    Embriaguez te sobra, y no hay 
    tanta locura en la razón, como este 
    tu raciocinio muscular, y no hay 
    más racional error que tu experiencia. 

    Pero, hablando más claro 
    y pensándolo en oro, eres de acero, 
    a condición que no seas 
    tonto y rehuses 
    entusiasmarte por la muerte tánto 
    y por la vida, con tu sola tumba. 

    Necesario es que sepas 
    contener tu volumen sin correr, sin afligirte, 
    tu realidad molecular entera 
    y más allá, la marcha de tus vivas 
    y más acá, tus mueras legendarios. 

    Eres de acero, como dicen, 
    con tal que no tiembles y no vayas 
    a reventar, compadre 
    de mi cálculo, enfático ahijado 
    de mis sales luminosas! 

    Anda, no más; resuelve, 
    considera tu crisis, suma, sigue, 
    tájala, bájala, ájala; 
    el destino, las energías íntimas, los catorce 
    versículos del pan: ¡cuántos diplomas 
    y poderes, al borde fehaciente de tu arranque! 
    ¡Cuánto detalle en síntesis, contigo! 
    ¡Cuánta presión idéntica, a tus pies! 
    ¡Cuánto rigor y cuánto patrocinio! 

    Es idiota 
    ese método de padecimiento, 
    esa luz modulada y virulenta, 
    si con sólo la calma haces señales 
    serias, características, fatales. 

    Vamos a ver, hombre; 
    cuéntame lo que me pasa, 
    que yo, aunque grite, estoy siempre a tus órdenes.

    César Vallejo, uno de los poetas hispanoamericanos más destacables del siglo XX, nació en Santiago de Chuco, Perú, en 1892. Estudió medicina, filosofía, derecho y ejerció el magisterio. Constantes en la obra de Vallejo son la solidaridad con el sufrimiento humano, su rebeldía contra la sociedad, la fe en la utopía revolucionaria y la muerte. En 1918 publicó Los heraldos negros, su primer libro de poemas, de influencia modernista. Fue encarcelado en 1920 al ser acusado injustamente de robo e incendio durante una revuelta. En ese tiempo escribió algunos de los poemas que formarían su segundo libro, Trilce. En 1923 se trasladó a Europa. Estuvo en París, en donde conoció a Gris, a Huidobro, fundó la revista Favorables París Poema y terminaría siendo expulsado por razones políticas. En Moscú conoció a Maiakovski. En 1931 se trasladó a España, se afilió al Partido Comunista y publicó Rusia en 1931. Reflexiones al pie del Kremlin y su novela social Tungsteno. Al año siguiente regresó a París, en donde vivió de forma clandestina. Cuando estalló la Guerra Civil española, recogió fondos para la causa republicana y viajó a Madrid y Barcelona para participar en distintos congresos de escritores. Murió en París en 1938. Un año después se publicó su poema más político, España, aparta de mí este cáliz, y una recopilación de su obra poética con el título de Poemas humanos.