Verano, de César Vallejo | Poema

    Poema en español
    Verano

    Verano, ya me voy. Y me dan pena 
    las manitas sumisas de tus tardes. 
    Llegas devotamente; llegas viejo; 
    y ya no encontrarás en mi alma a nadie. 

    Verano! Y pasarás por mis balcones 
    con gran rosario de amatistas y oros, 
    como un obispo triste que llegara 
    de lejos a buscar y bendecir 
    los rotos aros de unos muertos novios. 

    Verano, ya me voy. Allá, en setiembre 
    tengo una rosa que te encargo mucho; 
    la regarás de agua bendita todos 
    los días de pecado y de sepulcro. 

    Si a fuerza de llorar el mausoleo, 
    con luz de fe su mármol aletea, 
    levanta en alto tu responso, y pide 
    a Dios que siga para siempre muerta. 
    Todo ha de ser ya tarde; 
    y tú no encontrarás en mi alma a nadie. 

    Ya no llores, Verano! En aquel surco 
    muere una rosa que renace mucho...

    César Vallejo, uno de los poetas hispanoamericanos más destacables del siglo XX, nació en Santiago de Chuco, Perú, en 1892. Estudió medicina, filosofía, derecho y ejerció el magisterio. Constantes en la obra de Vallejo son la solidaridad con el sufrimiento humano, su rebeldía contra la sociedad, la fe en la utopía revolucionaria y la muerte. En 1918 publicó Los heraldos negros, su primer libro de poemas, de influencia modernista. Fue encarcelado en 1920 al ser acusado injustamente de robo e incendio durante una revuelta. En ese tiempo escribió algunos de los poemas que formarían su segundo libro, Trilce. En 1923 se trasladó a Europa. Estuvo en París, en donde conoció a Gris, a Huidobro, fundó la revista Favorables París Poema y terminaría siendo expulsado por razones políticas. En Moscú conoció a Maiakovski. En 1931 se trasladó a España, se afilió al Partido Comunista y publicó Rusia en 1931. Reflexiones al pie del Kremlin y su novela social Tungsteno. Al año siguiente regresó a París, en donde vivió de forma clandestina. Cuando estalló la Guerra Civil española, recogió fondos para la causa republicana y viajó a Madrid y Barcelona para participar en distintos congresos de escritores. Murió en París en 1938. Un año después se publicó su poema más político, España, aparta de mí este cáliz, y una recopilación de su obra poética con el título de Poemas humanos.