Placer, de Charlotte Brontë | Poema

    Poema en español
    Placer

    El Placer verdadero no se respira en la ciudad, 
    ni en los templos donde el Arte habita, 
    tampoco en palacios y torres donde 
    la voz de la Grandeza se agita. 

    No. Busca dónde la Alta Naturaleza sostiene 
    su corte entre majestuosas arboledas, 
    donde Ella desata todas sus riquezas, 
    moviéndose en fresca belleza; 

    Dónde miles de aves con las más dulces voces, 
    dónde brama la salvaje tormenta 
    y miles de arroyos se deslizan suaves, 
    allí se forma su concierto poderoso. 

    Ve hacia donde el bosque envuelto sueña, 
    bañado por la pálida luz de la luna, 
    hacia la bóveda de ramas que acunan 
    los sonidos huecos de la Noche. 

    Ve hacia donde el inspirado ruiseñor 
    arranca vibraciones con su canción, 
    hasta que todo el solitario y quieto valle 
    suene como una sinfonía circular. 

    Ve, siéntate en una saliente de la montaña 
    y mira el mundo a tu alrededor; 
    las colinas y las hondonadas, 
    el sonido de las quebradas, 
    el lejano horizonte atado. 

    Luego mira el amplio cielo sobre tu cabeza, 
    la inmóvil, profunda bóveda de azul, 
    el sol que arroja sus rayos dorados, 
    las nubes como perlas de azur. 

    Y mientras tu mirada se pose en esta vasta escena 
    tus pensamientos ciertamente viajarán lejos, 
    aunque ignotos años deberían atravesar entre 
    los veloces y fugaces momentos del Tiempo. 

    Hacia la edad dónde la Tierra era joven, 
    cuando los Padres, grises y viejos, 
    alabaron a su Dios con una canción, 
    escuchando en silencio su misericordia. 

    Los verás con sus barbas de nieve, 
    con ropas de amplias formas, 
    sus vidas pacíficas, flotando gentilmente, 
    rara vez sintieron la pasión de la tormenta. 

    Luego un tranquilo, solemne placer penetrará 
    en lo más íntimo de tu mente; 
    en esa delicada aura tu espíritu sentirá 
    una nueva y silenciosa suavidad. 

    Pleasure

    True pleasure breathes not city air, 
    Nor in Art's temples dwells, 
    In palaces and towers where 
    The voice of Grandeur dwells. 

    No! Seek it where high Nature holds 
    Her court 'mid stately groves, 
    Where she her majesty unfolds, 
    And in fresh beauty moves; 

    Where thousand birds of sweetest song, 
    The wildly rushing storm 
    And hundred streams which glide along, 
    Her mighty concert form! 

    Go where the woods in beauty sleep 
    Bathed in pale Luna's light, 
    Or where among their branches sweep 
    The hollow sounds of night. 

    Go where the warbling nightingale 
    In gushes rich doth sing, 
    Till all the lonely, quiet vale 
    With melody doth ring. 

    Go, sit upon a mountain steep, 
    And view the prospect round; 
    The hills and vales, the valley's sweep, 
    The far horizon bound. 

    Then view the wide sky overhead, 
    The still, deep vault of blue, 
    The sun which golden light doth shed, 
    The clouds of pearly hue. 

    And as you gaze on this vast scene 
    Your thoughts will journey far, 
    Though hundred years should roll between 
    On Time's swift-passing car. 

    To ages when the earth was yound, 
    When patriarchs, grey and old, 
    The praises of their god oft sung, 
    And oft his mercies told. 

    You see them with their beards of snow, 
    Their robes of ample form, 
    Their lives whose peaceful, gentle flow, 
    Felt seldom passion's storm. 

    Then a calm, solemn pleasure steals 
    Into your inmost mind; 
    A quiet aura your spirit feels, 
    A softened stillness kind.

    Charlotte Brontë (1816-1855) nació en Thornton, Yorkshire, la tercera hija de Patrick Brontë y Maria Branwell. En 1820 el padre fue nombrado vicario perpetuo de la pequeña aldea de Haworth, en los páramos de Yorkshire, y allí pasaría Charlotte casi toda su vida. Huérfanos de madre a muy corta edad, los cinco hermanos Brontë fueron educados por una de sus tías. En 1824, Charlotte, junto con sus hermanas Emily, Elizabeth y Maria, acudió a una escuela para hijas de clérigos, Elizabeth y Maria murieron ese mismo año, y Charlotte siempre lo atribuyó a las malas condiciones del internado. Estudiaría posteriormente en una escuela privada, donde ejerció asimismo como maestra, fue luego institutriz y maestra de nuevo en un pensionado de Bruselas, donde en 1842 estuvo interna con Emily. De vuelta a Haworth, en 1846 consiguió publicar un volumen de Poesías con sus hermanas Emily y Anne, con el seudónimo, respectivamente, de Currer, Ellis y Acton Bell. Su primera novela, El profesor, no encontró editor. Pero, como Currer Bell, publicó con éxito Jane Eyre. En 1848, mientras morían Emily y Anne, y su hermano Branwell, escribió Shirley, que sería publicada al año siguiente. Su última novela fue Vilette. Charlotte se casó con el reverendo A. B. Nicholls un año antes de morir.