Noche de jazz, de Consuelo Hernández | Poema

    Poema en español
    Noche de jazz

    A Matthew Marshall 
     
    Noche de jazz infinita, 
    poema nunca acabado 
    sonidos en mis oídos 
    funden gotas de armonía 
    me diluyo en la trompeta, 
    soy serpiente con el saxo 
    y en los acordes del bajo 
    rumor erótico altivo... 

    La luna crece en el bajo, al compás del frotamiento 
    y otorga velocidad antes de lanzar el vuelo. 
    Con el piano me derramo en goterones de vida 
    y se estremecen mis alas que dulces llevo plegadas. 

    Ya sube ese calor típico que quema toda mi sangre 
    y sacude mis entrañas. Ya suenan negras campanas 
    dialogan saxo y trompeta mientras él habla conmigo. 
    Expresión de oscuridad, en tonos bajos lo sigo. 

    Me vuelvo contorsionista de energías y caderas, 
    exprimo todo mi cuerpo, destilo fuerzas vitales, 
    cíclope de ojo vacío, como el saxo que me aturde, 
    la trompeta que me sorbe me expulsa figura etérea. 

    Desde su boca yo nazco, en manos del bajo crezco... 
    aumenta ya mi energía, llego al éxtasis atónito, 
    grito al nocturno equilibrio, me cambio en la batería: 
    y a violentas dentelladas todo el placer me desgarra. 

    Malabarista de ritmos en tambores y platillos 
    borbotón de la cascada invade mi corazón... 
    la lluvia en techo de zinc, el trapiche de mi casa 
    aguaceros de mi trópico, de menta los cafetales. 

    La arena en la superficie de los címbalos rodando 
    lanza de acero atraviesa de repente entre las luces, 
    tras los herméticos músicos, tras las puertas ya cerradas 
    El Village Gate se convierte en una saco de silencio. 

    • En el sercreo arsenal del cuartel 
      me paseo de rincón en rincón 
      y la sangre sobresaltada me recorre 
      como alguien desesperado por salvarse. 

      Invoco potestades y serafines 
      para ocupar el sitio que me corresponde 
      en el banquete de los liberados. 

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