El brillo nómade del mundo como un ascua en el alma una joya del tiempo se abre tan sólo al paso de ciertos hechos tormentosos arrastrados por la corriente hasta las escaleras cortadas por el mar en ciertos antros de lujuria de bordes sombríos poblados por estatuas de reyes casi irreconocibles entre el reverberar de las antorchas cuya luz es la hiedra que cubre los muros ¡Oh corazón corazón orgulloso! entrégate al fantasma apostado en la puerta
Ahora que tan bien te conozco sin otra sed que tu memoria criatura melancólica que tocas mi alma de tan lejos invoca en las alcobas el éxtasis y el terror el lento idioma indomable de la pasión por el infierno y el veneno de la aventura con sus crímenes ¡Oh! invoca una vez más el gran soplo de antaño en estas cámaras de piedra enlazada a tu amante y ambos envueltos en la lona de los días perdidos como el muerto en el mar y prontos a deshacerse en las hogueras instantáneas sobre lechos de un metal misterioso que brilla en las tinieblas bajo la zarpa de los candelabros y el coro de pájaros lascivos girando con furia en las habitaciones selladas por el hierro de otras noches
Pues tales antros solemnes cubiertos de flores carnívoras con mármoles que se pudren a la sombra de cabelleras opulentas se balancean labrados pomposamente desde el portal hasta la cúpula como la nave anclada sobre el abismo agitando con lentitud sus espejos para adormecer a la mujer desnuda entre los verdugos que incineran el corazón de la noche y el zaguán donde se cruzan la lluvia y la frustración los camareros con el rostro podrido por el tufo de las flores acumuladas en los pasillos infinitos el rumor de los suspiros sofocados los besos entretejidos en nácar tristísimo la hierba sin nombre en que se hunden sus huéspedes repiten una vez más entre la sombra la leyenda del amor que nunca muere
Cuando un hombre y una mujer que se han amado se separan se yergue como una cobra de oro el canto ardiente del orgullo la errónea maravilla de sus noches de amor las constelaciones pasionales
El brillo nómade del mundo como un ascua en el alma una joya del tiempo se abre tan sólo al paso de ciertos hechos tormentosos arrastrados por la corriente hasta las escaleras cortadas por el mar en ciertos antros de lujuria de bordes sombríos