Barcarola, de Federico García Lorca | Poema

    Poema en español
    Barcarola

    Todo el romanticismo fue una barcarola... pero una barcarola maravillosa. Si os fijáis un poco, en todas las obras románticas se oye chapotear con lentitud los remos. No hizo la serenata maravillosa, como no consiguió jamás el idilio perfecto, pero inventó y exaltó la barcarola. La playa fue el escenario del romanticismo y en las olas de la playa lloraron sus figuras (con el mar muy tranquilo, por supuesto) mientras trazaban sobre la arena húmeda las rutas para llegar a la fantástica isla de oro. 

    El romanticismo no tiene montañas, ni yermos enjutos (Castilla no fue para los románticos). Su mayor altura es el acantilado, cortado como un queso sobre el agua. Los románticos se situaron frente al mar para no ver sino lo exterior, las olas y el cielo, pero ni comprendieron el ritmo interior de las mareas, ni supieron cantar los rebaños inmensos de peces, ni los bosques de coral. 

    Ni crearon un palacio encantado bajo las aguas, ni dieron una significación nueva a las ondinas y los tritones... pero en cambio se asimilaron las olas de una manera verdaderamente admirable. Así como el clásico ara la tierra, o monta a caballo por la llanura, el romántico va siempre en una barca desafiando al viento, a Dios y a la Muerte en un solo instante que quisiera hacer eterno. Por eso todas sus figuras tienen algo de ola. 

    Federico García Lorca (Fuentevaqueros, 5 de junio de 1898 – camino de Víznar a Alfacar, 1936) fue un poeta y dramaturgo español, adscrito a la generación del 27. Desde pequeño entró en contacto con las artes a través de la música y el dibujo. En 1915 comenzó a estudiar Filosofía y Letras, así como Derecho, en la Universidad de Granada. Formó parte de El Rinconcillo, tertulia de los artistas granadinos, donde conoció a Manuel de Falla. Entre 1916 y 1917 realizó una serie de viajes por España con sus compañeros de estudios, que inspiraron su primer libro Impresiones y paisajes (1918). En 1919 se instaló en la Residencia de Estudiantes de Madrid, coincidiendo con numerosos artistas e intelectuales como Luis Buñuel, Rafael Alberti o Salvador Dalí. Allí empezó a florecer su actividad literaria, con la publicación de obras como Libro de poemas (1921) o El maleficio de la mariposa (1920). En 1929 viajó a Nueva York por sugerencia de Fernando de los Ríos, plasmando este viaje en Poeta en Nueva York, que se publicaría cuatro años después de su muerte, en 1940. En 1931 fundó el grupo teatral universitario La Barraca, para acercar el teatro al pueblo mediante obras del Siglo de Oro. Otro viaje a Buenos Aires en 1933 hizo crecer más su popularidad con el estreno de Bodas de Sangre y a su vuelta a España, un año después, siguió publicando diversas obras como Yerma o La casa de Bernarda Alba. En 1936, al regresar a Granada, fue detenido y fusilado por sus ideas liberales.