Burla de don Pedro a caballo, de Federico García Lorca | Poema

    Poema en español
    Burla de don Pedro a caballo

    Romance con lagunas 

    (A Jean Cassou) 
     

    Romance de don Pedro a caballo 



    Por una vereda 
    venía Don Pedro. 
    ¡Ay cómo lloraba 
    el caballero! 
    Montado en un ágil 
    caballo sin freno, 
    venía en la busca 
    del pan y del beso. 
    Todas las ventanas 
    preguntan al viento, 
    por el llanto oscuro 
    del caballero. 



    Primera laguna 



    Bajo el agua 
    siguen las palabras. 
    Sobre el agua 
    una luna redonda 
    se baña, 
    dando envidia a la otra 
    ¡tan alta! 
    En la orilla, 
    un niño, 
    ve las lunas y dice: 
    -¡Noche; toca los platillos! 



    Sigue 



    A una ciudad lejana 
    ha llegado Don Pedro. 
    Una ciudad lejana 
    entre un bosque de cedros. 
    ¿Es Belén? Por el aire 
    yerbaluisa y romero. 
    Brillan las azoteas 
    y las nubes. Don Pedro 
    pasa por arcos rotos. 
    Dos mujeres y un viejo 
    con velones de plata 
    le salen al encuentro. 
    Los chopos dicen: No. 
    Y el ruiseñor: Veremos. 



    Segunda laguna 



    Bajo el agua 
    siguen las palabras. 
    Sobre el peinado del agua 
    un círculo de pájaros y llamas. 
    Y por los cañaverales, 
    testigos que conocen lo que falta. 
    Sueño concreto y sin norte 
    de madera de guitarra. 



    Sigue 



    Por el camino llano 
    dos mujeres y un viejo 
    con velones de plata 
    van al cementerio. 
    Entre los azafranes 
    han encontrado muerto 
    el sombrío caballo 
    de Don Pedro. 
    Voz secreta de tarde 
    balaba por el cielo. 
    Unicornio de ausencia 
    rompe en cristal su cuerno. 
    La gran ciudad lejana 
    está ardiendo 
    y un hombre va llorando 
    tierras adentro. 
    Al Norte hay una estrella. 
    Al Sur un marinero. 



    Última laguna 



    Bajo el agua 
    están las palabras. 
    Limo de voces perdidas. 
    Sobre la flor enfriada, 
    está Don Pedro olvidado, 
    ¡ay!, jugando con las ramas. 

    Federico García Lorca (Fuentevaqueros, 5 de junio de 1898 – camino de Víznar a Alfacar, 1936) fue un poeta y dramaturgo español, adscrito a la generación del 27. Desde pequeño entró en contacto con las artes a través de la música y el dibujo. En 1915 comenzó a estudiar Filosofía y Letras, así como Derecho, en la Universidad de Granada. Formó parte de El Rinconcillo, tertulia de los artistas granadinos, donde conoció a Manuel de Falla. Entre 1916 y 1917 realizó una serie de viajes por España con sus compañeros de estudios, que inspiraron su primer libro Impresiones y paisajes (1918). En 1919 se instaló en la Residencia de Estudiantes de Madrid, coincidiendo con numerosos artistas e intelectuales como Luis Buñuel, Rafael Alberti o Salvador Dalí. Allí empezó a florecer su actividad literaria, con la publicación de obras como Libro de poemas (1921) o El maleficio de la mariposa (1920). En 1929 viajó a Nueva York por sugerencia de Fernando de los Ríos, plasmando este viaje en Poeta en Nueva York, que se publicaría cuatro años después de su muerte, en 1940. En 1931 fundó el grupo teatral universitario La Barraca, para acercar el teatro al pueblo mediante obras del Siglo de Oro. Otro viaje a Buenos Aires en 1933 hizo crecer más su popularidad con el estreno de Bodas de Sangre y a su vuelta a España, un año después, siguió publicando diversas obras como Yerma o La casa de Bernarda Alba. En 1936, al regresar a Granada, fue detenido y fusilado por sus ideas liberales.