Escondite es búsqueda. Búsqueda de la inadvertencia ante semejante lluvia. Caen planetas como ídolos sobre charcos ocultando grúas.
El compromiso es para los suicidas. Las grandes creaciones cuestan la vida porque valen la existencia y la intriga.
Destruir es ir a la caza. La pericia de los siglos resumida a más plomo en la herida. El trofeo como amnistía de la vergüenza.
La huida siempre es reveladora. Quien se apresura en la codicia pierde el don, la oportunidad, la inocencia de quien aspira a seguir jugando, oculto tras su hora, a la espera del momento para salvarlos.
¿Está usted loco? Loco está usted, loco, usted está usted, y yo no le digo nada. Quien diga lo contrario loco miente usted, está usted, usted está y yo soy el loco. Para estar hay que creer. ¿Loco? Espere usted.
Transcurrir en banquete o hambruna, vida requerida, dulce, insatisfactoria, limitada a intermitencias como lo está una cucharilla: liviana, ligera sólo contiene lo que no rebosa, agujero en potencia.
No puedo quitarme, no puedo sacar de mi cabeza la memoria flácida y marmórea carne más allá de esta frontera epidérmica que una viva imagen de muerte ignora.