A cada rato, de Francisco Fernández | Poema

    Poema en español
    A cada rato

    El sol de la timidez 
    me lame la nuca, 
    eriza las ideas 
    en atascado fluir del verbo, 
    lengua sin idioma, 
    paladar sin verso. 

    ¿A qué sabe un poema? 
    ¿De qué color son los sueños? 

    Blanco, amarillo, violeta 
    amargo, si no es compartido. 

    Sus labios... ¿A qué saben 
    con los míos? ¿Y los míos? 

    ¿Acaso saben de sueños? 

    Me mojo los labios 
    y repito la jugada: 

    ¿A qué saben sus labios con los míos? 
    ¿Por qué sus labios? 
    ¿Acaso con los suyos, 
    estos, serán más lúcidos, 
    menos míos? 

    Muérdete la lengua, 
    que sangre el idioma 
    sus sinónimos de jerga desarmada, 
    anegue a tragos tu ironía desencantada. 

    Sus labios son suyos, 
    y más suyos son los míos 
    cuando su baile 
    nombra los juncos pronunciados de brisa, 
    los suspiros de mariposa anhelante, 
    arrullo de melodía vespertina, 

    creo en los labios 
    en la fortaleza de los suyos; 
    mis besos, se los guardo. 
    Sus besos: los entregue a cada rato. 

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