Alma de cántaro, de Francisco Fernández | Poema

    Poema en español
    Alma de cántaro

    Llueve a cántaros. 
    La piel es como un cristal. 
    Vida en cascada. 

    Paisaje y compañía 
    dispersos en la memoria. 

    El rastro de las caricias sobre 
    el vaho de lo inconfesable. 

    La tormenta está formada por minúsculas tormentas. 
    A veces juego a las montañas, ella 
    duda del desierto atravesando mi garganta. 

    Llueve a cántaros. La fuente se aleja. 

    El deseo es una declaración. 
    Amor-confesión. 

    Declaré abrazado a su cuerpo 
    territorios de mi alma. 
    El puente capital del deseo. 

    Confesé abrazado a su cuerpo 
    los conatos de la ausencia, 
    el papel negro y bailar sin amor. 

    Un problema está hecho de problemas. 
    Hoy sin embargo llueve. 

    Suena el tocadiscos, parece un microondas. 

    Lo mejor de sus regalos 
    era conservarlos en la piel. 

    Promesas como nubes abstractas 
    bajo la lluvia.