Sé que lloraré cuando te vayas, durante meses, un torrente por los ojos.
Si es pronto, la juventud me aplastará como a una mosca veraniega.
Si es paciente, tu abrazo será cada vez más débil, más inmenso.
II
Por los ojos, como un niño de capricho, incapaz de oponerse a la naturaleza armado sólo con una manzana de noche, temblorosa como un patio de invierno.
Llueve en primavera, sol de invierno cae como hojas, horas como despierto sobre un calendario que penetra como las grietas de un beso sin retorno.
III
Infancia como un pasillo largo de sonrisas y limonero, qué alto está ¡y no mengua!, el niño, y alcanza el vértigo.
Y tú, ancla de sueños.
Sé que lloraré cuando te vayas, durante siglos, porque eres sonrisa, regazo, eres mis páginas
Creo que la amo. No hay nada parecido a la seguridad en el amor. Hay alas, hay vuelo, pero el imperio de la gravedad sigue a merced de la experiencia. Los errores pesan. Hasta que llega una luz, con su mirada nítida y me imagina.
A los hechos me remito ante la duda bajo llave cabe esperar con el rabo entre las piernas contra lo establecido de perdidos al río desde que nací en el brillo de tus ojos entre pasado y futuro hacia tu rostro hasta chocarme