Desmembrarse,
padecer el sentimiento retráctil,
sumirse en una voracidad de atalaya,
claudicar de la humanidad frágil.
En el fondo
sólo quieren descendencias millonarias,
rascacielos de transparencias a fuera.
Las balas hacen las veces de muerte
o tapones para sonidos
que duermen bajo las nubes de nitrato y azufre.
En lo triste
quieren seguir ganando a pesar y después,
más allá, mientras tanto...
el hambre.