Bajo el fulgor lunar el mar es plata; entreabre tú, mi bien, tu mirador, y asómate a escuchar la serenata que, mientras duermes tú, vela el amor.
Asómate al balcón, morena mía, las sombras de mis noches a alumbrar, que, como un ciego, sin bordón ni guía, así voy sin la luz de tu mirar.
II
La brisa de jazmines perfumada despierta la pasión que duerme en mí; la noche está para el amor creada y todo vive, como yo, por ti. Asómate al balcón, morena mía, las sombras de mis noches a alumbrar, que, como un ciego, sin bordón ni guía, así voy sin la luz de tu mirar.
III
Sal a darle consuelo a mi tormento; que si no sales del balcón al pie, como esas rosas que deshoja el viento, sin la luz de tus ojos moriré. Asómate al balcón, morena mía, las sombras de mis noches a alumbrar, que, como un ciego, sin bordón ni guía, así voy sin la luz de tu mirar.
Sentir intensamente la vida. Haber amado y haber sufrido mucho, tener el alma ciega esperando en la sombra una luz que no llega o empeñada en dar vida a un sueño ya pasado.