Sentir intensamente la vida. Haber amado y haber sufrido mucho, tener el alma ciega esperando en la sombra una luz que no llega o empeñada en dar vida a un sueño ya pasado.
Amar lo fugitivo. Enamorarse de una sonrisa, de una sombra... Sentir la poesía de alguna melancólica y lejana armonía que, de un balcón abierto, vuela bajo la luna.
Despreciar lo mezquino. Hacer con loco empeño del ensueño la vida y de la vida ensueño... Extenuarse en una larga caricia loca;
y al final de una tarde magnífica y florida, esfumarse en el cielo, abandonar la vida con un sonoro verso de amores en la boca.
Sentir intensamente la vida. Haber amado y haber sufrido mucho, tener el alma ciega esperando en la sombra una luz que no llega o empeñada en dar vida a un sueño ya pasado.