¡Los tiempos son de lucha! ¿Quién concibe el ocio muelle en nuestra edad inquieta? En medio de la lid canta el poeta, el tribuno perora, el sabio escribe. Nadie el golpe que da ni el que recibe siente, a medida que el peligro aprieta: desplómase vencido el fuerte atleta y otro al recio combate se apercibe. La ciega multitud se precipita, invade el campo, avanza alborotada con el sordo rumor de la marea. Y son, en el furor que nos agita, trueno y rayo la voz; el arte, espada; la ciencia, ariete; tempestad la idea.
Por razones que se calla la historia prudentemente, dos monarcas de Occidente riñeron fiera batalla. La causa del rompimiento no está, en verdad, a mi alcance, ni hace falta para el lance que referiros intento. Sobre el campo del honor
¡Los tiempos son de lucha! ¿Quién concibe el ocio muelle en nuestra edad inquieta? En medio de la lid canta el poeta, el tribuno perora, el sabio escribe. Nadie el golpe que da ni el que recibe siente, a medida que el peligro aprieta: