¡Hombre! pensador libre, crees que sólo tú piensas en este mundo en que la vida estalla en todo: de las fuerzas que tienes tu libertad dispone, pero de tus consejos se desentiende el cosmos.
En las bestias respeta un espíritu activo... cada flor es un alma abierta a la natura; un misterio de amor en el metal reposa: todo es sensible; ¡y todo sobre tu ser actúa!
Teme en el muro ciego una mirada espía: a la materia misma un verbo está adherido... No lo hagas servir para impíos menesteres.
Hay en el ser oscuro un Dios oculto a veces; y, como ojo naciente cubierto por sus párpados, un espíritu crece tras la piel de las piedras.
Yo soy el Tenebroso, -el viudo-, el Sin Consuelo, Príncipe de Aquitania de la Torre abolida: Mi única estrella ha muerto, y mi laúd constelado lleva en sí el negro sol de la Melancolía.
¡Hombre! pensador libre, crees que sólo tú piensas en este mundo en que la vida estalla en todo: de las fuerzas que tienes tu libertad dispone, pero de tus consejos se desentiende el cosmos.