Iba un erizo
andando por el Polo.
Iba muy triste
-no porque fuera erizo-
iba triste porque estaba solo.
Iba un erizo andando por el Polo.
- Aqui me moriré de frío
sin una amiga, sin un amigo.
Sin una comida, sin un abrigo,
aquí me moriré de frío.
- Se me están helando las púas,
se me están helando los pinchos.
Nieve y nieva,
y sin una bufanda,
y sin una madriguera.
¿Cuándo vendrá la Primavera?
Me lanzo a lo desconocido,
sea lo que Dios quiera.
(El erizo se hizo
una bola,
y rodó por la ladera.)
Pasaron muchos días,
y el erizo despertó,
se desenroscó, abrió un ojo,
sacudió el hocico
comió unas florecitas
y ya no tenía frío.
Era una soleada mañana,
la nieve se quedó arriba
en los picos de la montaña.
En esto, vio a otro erizo
igual que él
- ¡Cielos! ¡Un hermano! ¡Qué alegría!
- ¡No soy un erizo! Soy una eriza.
La eriza y el erizo,
por fin se casaron,
y se dieron un abrazo
CON MUCHO CUIDADO.