Rima 26. Voy contra mi interés al confesarlo, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

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    Rima 26. Voy contra mi interés al confesarlo

    Voy contra mi interés al confesarlo, 
    no obstante, amada mía, 
    pienso cual tú que una oda sólo es buena 
    de un billete del Banco al dorso escrita. 
    No faltará algún necio que al oírlo 
    se haga cruces y diga: 
    Mujer al fin del siglo diez y nueve 
    material y prosaica... ¡Boberías! 
    ¡Voces que hacen correr cuatro poetas 
    que en invierno se embozan con la lira! 
    ¡Ladridos de los perros a la luna! 
    Tú sabes y yo sé que en esta vida 
    con genio es muy contado el que la escribe 
    y con oro cualquiera hace poesía. 

    Gustavo Adolfo Bécquer, pseudónimo de Gustavo Claudio Domínguez Bastida, nació en Sevilla en 1836, e ingresó a los diez años en un colegio de huérfanos. Vivió más tarde con su madrina, donde empezó a leer a los autores realistas y románticos. En 1854 se instaló en Madrid. En 1857, sufrió una grave enfermedad. Posteriormente se dedicó al periodismo. Entre 1859 y 1861 escribe las primeras rimas y siete leyendas. En 1863 se recluye en el monasterio de Veruela, donde escribió Cartas desde mi celda. En 1868 Bécquer rompe con su esposa y se instala en Toledo. Reescribe las rimas. En 1870 muere su hermano Valeriano, el pintor, y tres meses más tarde él, en Madrid. Además de como poeta, donde revela una extrema sensibilidad, destaca como prosista, donde combina con maestría lo terrorífico y lo legendario.