Rima 56. Hoy como ayer, mañana como hoy, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

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    Rima 56. Hoy como ayer, mañana como hoy

    Hoy como ayer, mañana como hoy, 
    ¡y siempre igual! 
    Un cielo gris, un horizonte eterno 
    y andar... andar. 

    Moviéndose a compás como una estúpida 
    máquina el corazón: 
    la torpe inteligencia del cerebro 
    dormida en un rincón. 

    El alma, que ambiciona un paraíso, 
    buscándole sin fe; 
    fatiga sin objeto, ola que rueda 
    ignorando por qué. 

    Voz que incesante con el mismo tono 
    canta el mismo cantar. 
    Gota de agua monótona que cae 
    y cae sin cesar. 

    Así van deslizándose los días 
    unos de otros en pos, 
    hoy lo mismo que ayer... y todos ellos 
    sin gozo ni dolor. 

    ¡Ay, a veces me acuerdo suspirando 
    del antiguo sufrir! 
    ¡Amargo es el dolor, pero siquiera 
    padecer es vivir! 

    Gustavo Adolfo Bécquer, pseudónimo de Gustavo Claudio Domínguez Bastida, nació en Sevilla en 1836, e ingresó a los diez años en un colegio de huérfanos. Vivió más tarde con su madrina, donde empezó a leer a los autores realistas y románticos. En 1854 se instaló en Madrid. En 1857, sufrió una grave enfermedad. Posteriormente se dedicó al periodismo. Entre 1859 y 1861 escribe las primeras rimas y siete leyendas. En 1863 se recluye en el monasterio de Veruela, donde escribió Cartas desde mi celda. En 1868 Bécquer rompe con su esposa y se instala en Toledo. Reescribe las rimas. En 1870 muere su hermano Valeriano, el pintor, y tres meses más tarde él, en Madrid. Además de como poeta, donde revela una extrema sensibilidad, destaca como prosista, donde combina con maestría lo terrorífico y lo legendario.