Rima 65. Llegó la noche y no encontré un asilo, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

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    Rima 65. Llegó la noche y no encontré un asilo

    Llegó la noche y no encontré un asilo 
    ¡y tuve sed!... mis lágrimas bebí; 
    ¡y tuve hambre! ¡Los hinchados ojos 
    cerré para dormir! 

    ¿Estaba en un desierto? Aunque a mi oído 
    de las turbas llegaba el ronco hervir 
    yo era huérfano y pobre... ¡El mundo estaba 
    desierto... para mí! 

    Gustavo Adolfo Bécquer, pseudónimo de Gustavo Claudio Domínguez Bastida, nació en Sevilla en 1836, e ingresó a los diez años en un colegio de huérfanos. Vivió más tarde con su madrina, donde empezó a leer a los autores realistas y románticos. En 1854 se instaló en Madrid. En 1857, sufrió una grave enfermedad. Posteriormente se dedicó al periodismo. Entre 1859 y 1861 escribe las primeras rimas y siete leyendas. En 1863 se recluye en el monasterio de Veruela, donde escribió Cartas desde mi celda. En 1868 Bécquer rompe con su esposa y se instala en Toledo. Reescribe las rimas. En 1870 muere su hermano Valeriano, el pintor, y tres meses más tarde él, en Madrid. Además de como poeta, donde revela una extrema sensibilidad, destaca como prosista, donde combina con maestría lo terrorífico y lo legendario.