Rima 74. Las ropas desceñidas, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

    Poema en español
    Rima 74. Las ropas desceñidas

    Las ropas desceñidas, 
    desnudas las espaldas, 
    en el dintel de oro de la puerta 
    dos ángeles velaban. 

    Me aproximé a los hierros 
    que defienden la entrada, 
    y de las dobles rejas en el fondo 
    la vi confusa y blanca. 

    La vi como la imagen 
    que en leve ensueño pasa, 
    como rayo de luz tenue y difuso 
    que entre tinieblas nada. 

    Me sentí de un ardiente 
    deseo llena el alma: 
    como atrae un abismo, aquel misterio 
    hacia sí me arrastraba. 

    Mas ¡ay!, que de los ángeles 
    parecía decirme las miradas: 
    -El umbral de esta puerta 
    sólo Dios lo traspasa. 

    Gustavo Adolfo Bécquer, pseudónimo de Gustavo Claudio Domínguez Bastida, nació en Sevilla en 1836, e ingresó a los diez años en un colegio de huérfanos. Vivió más tarde con su madrina, donde empezó a leer a los autores realistas y románticos. En 1854 se instaló en Madrid. En 1857, sufrió una grave enfermedad. Posteriormente se dedicó al periodismo. Entre 1859 y 1861 escribe las primeras rimas y siete leyendas. En 1863 se recluye en el monasterio de Veruela, donde escribió Cartas desde mi celda. En 1868 Bécquer rompe con su esposa y se instala en Toledo. Reescribe las rimas. En 1870 muere su hermano Valeriano, el pintor, y tres meses más tarde él, en Madrid. Además de como poeta, donde revela una extrema sensibilidad, destaca como prosista, donde combina con maestría lo terrorífico y lo legendario.