Está sentada en medio de la alfombra, con una mano sobre sus cabellos y en la otra un anillo que hace girar con un furor mecánico bajo la luz escueta de la lámpara. Murmura con excesiva lentitud, oigo su voz, golpea como la lluvia contra los cristales, empañando sus gafas con una incómoda humedad. Ah, la emoción del trance, o quizá sólo es el calor que viene de la estufa. Él se levanta, dice, cuánto sufres; dice, perdona, voy a hacer café, necesitamos un descanso; vuelve; es hora, piensa, de una pausa; y ella no escucha, dice, mi tragedia es no saber si el sexo satisface o si es prescindible en su ilusión; escúchame, ignoro incluso en quién o dónde estoy cuando hago o digo cosas como ésta, todo resulta tan confuso, intenta comprender. Él pone azúcar en la taza, dice, admiro tanto tu sinceridad.
Ella No le gustaron nunca los encuentros furtivos, con jóvenes muchachas de alquiler, de modo que inventó una amante mecánica. Podía encenderla y apagarla. Con ella se sentía relajado y feliz.
Está sentada en medio de la alfombra, con una mano sobre sus cabellos y en la otra un anillo que hace girar con un furor mecánico bajo la luz escueta de la lámpara. Murmura con excesiva lentitud, oigo su voz, golpea
Es tan sólo una hipótesis, pero aún así G. lonas, Untitled poem # 3
Dice que sólo duerme con extraños, que gracias a los extraños puede dormir en paz y permitirles ser amables anfitriones siendo a su vez una invitada amable.
Founderous wilding weeds endear paradise. Louis Zukofsky
Los impactos de luz no son el día, aunque canten la vida que no sé y haya un sol tan extraño que aspire a serlo sin palabras, sin viejos nombres, sin furia, sin misterio,