Founderous wilding weeds endear paradise. Louis Zukofsky
Los impactos de luz no son el día, aunque canten la vida que no sé y haya un sol tan extraño que aspire a serlo sin palabras, sin viejos nombres, sin furia, sin misterio, ese albor de la muerte donde se asienta el mar. Yo ya no juego Con la luz. No quiso saber de mis raíces, de las sensaciones que me acunaron, las que observo en ti, sumida, como estás, en el instante frágil de una niñez que una vez fue mi reino. En lo más hondo de su plenitud hay un candor que inventa mediodías con el fluir concreto de las horas: un mundo hecho de Cosas que se dan y perduran transmitiendo su flujo copo a copo. Mientras, el tiempo (que no se repite) me circunda. Heme aquí. Ya no podría abrir mis puertas a tu amanecer, pero la noche ha sido mi morada, y aún puedo percibir, sin su desasosiego, ese aluvión de estrellas y de auroras en flor que reclaman su cuota de rocío. Si parco fui, tu sueño se ha vengado de mi silencio, en esta concha donde reposa el río que nos lleva. Dejemos que su claridad disuelva mi costumbre. No intentaré siquiera comprender. Un árbol no comprende el viento que lo visita.
Ella No le gustaron nunca los encuentros furtivos, con jóvenes muchachas de alquiler, de modo que inventó una amante mecánica. Podía encenderla y apagarla. Con ella se sentía relajado y feliz.
Está sentada en medio de la alfombra, con una mano sobre sus cabellos y en la otra un anillo que hace girar con un furor mecánico bajo la luz escueta de la lámpara. Murmura con excesiva lentitud, oigo su voz, golpea
Es tan sólo una hipótesis, pero aún así G. lonas, Untitled poem # 3
Dice que sólo duerme con extraños, que gracias a los extraños puede dormir en paz y permitirles ser amables anfitriones siendo a su vez una invitada amable.
Founderous wilding weeds endear paradise. Louis Zukofsky
Los impactos de luz no son el día, aunque canten la vida que no sé y haya un sol tan extraño que aspire a serlo sin palabras, sin viejos nombres, sin furia, sin misterio,