Novia del mar: Te cambio seis veleros Por las seis letras de tu juventud. Por tus abiertos Ojos marineros Te doy un cargamento de luceros Que me robé en el África del Sur.
Cambio la rubia curva de tus cejas Por el arco de fiordos que Noruega Describe al Septentrión.
Te cambio tu sonrisa Por paisajes de Chipre, Por la cristalería de Fenicia, Por la tarde amarilla del Japón.
La cambio por la luna Que acuatiza en Escocia Sobre el lago de Tay. Por el delta del Nilo milenario Y por los montes de Tehuang-Pe-Chan.
Cambio el clavel pequeño de tus labios Por bancos de coral,
Por la flora marina de Cerdeña, De Túnez y Calá; Por el Dragón bilingüe de los chinos, Por el perfume gálico de Grasse Y por los arreboles Que se bailan desnudos en Hawai.
Por mi bandera de piratería Cambio la rebeldía Que curva en media-luna tu capul. (Mi bandera, señora, Tiene un gato de Angora Sobre un cuartel azul).
Te encimo mis púnales, Mi pipa de nostalgias, Mi tedio de español. Por tu clara belleza castellana.
Te doy el Mate Nostrum en la infancia De un blanco caracol.
Y si esto no es bastante, Si algo falta, Te doy para que abroches tu sandalia La burbuja del sol.
Solamente dos cosas Te cambio sin ventaja: Tus besos y mi amor.
Las sarmentosas manos del abuelo tejen una caricia de ochenta años sobre los rubios bucles de su nieto. Borrachera de paz en la alquería. Ambos miran al cielo: el pequeño jugando con estrellas y el anciano jugando con misterios.
¡Qué horrible es el olvido! Es mejor la nostalgia con su anillo de llanto ciñendo el corazón. Cuando hablamos de 'ella' sin sentir que morimos, ya no vale la pena nuestra inútil canción.
Novia del mar: Te cambio seis veleros Por las seis letras de tu juventud. Por tus abiertos Ojos marineros Te doy un cargamento de luceros Que me robé en el África del Sur.