El piyayo, de José Carlos de Luna | Poema

    Poema en español
    El piyayo

    ¿Tú conoces al 'Piyayo', 
    un viejecillo renegro, reseco y chicuelo; 
    la mirada de gallo 
    pendenciero 
    y hocico de raposo 
    tiñoso… 
    que pide limosna por 'tangos' 
    y maldice cantando 'fandangos' 
    gangosos? 
    ¡A chufla lo toma la gente, 
    y a mí me da pena 
    y me causa un respeto imponente! 

    Ata a su cuerpo una guitarra, 
    que chilla como una corneja 
    y zumba como una chicharra 
    y tiene arrumacos de vieja 
    pelleja. 
    Yo le he visto cantando, 
    babeando 
    de rabia y de vino, 
    bailando 
    con saltos felinos, 
    tocando a zarpazos 
    los acordes de un viejo 'tangazo' 
    y, a sus contorsiones de ardilla, 
    hace son con la sucia calderilla. 

    ¡A chufla lo toma la gente, 
    y a mí me da pena 
    y me causa un respeto imponente! 

    Es su extraño arte 
    y su pan y el de sus nietecillos: 
    'churumbeles' con greñas de alambre 
    y panzas de sapos, 
    que aúllan de hambre 
    tiritando bajo los harapos 
    sin madre que lave su roña. 

    ¡A las vigas alcanza la mano; 
    y por lumbre y por luz, un candil. 
    Vacía sus alforjas 
    que son sus bolsillos. 
    Bostezando los siete chiquillos 
    se agrupan riendo 
    y entre carantoñas les va repartiendo 
    pan y pescao frito 
    con la parsimonia de un antiguo rito: 
    ¡chavales! 
    ¡pan de flor de harina! 
    Mascarlo despasio. 
    Mejó pan no se come en palasio. 
    Y este pescaito, ¿no es na? 
    ¡sacao uno a uno del fondo del má! 
    ¡gloria pura él! 
    Las espinas se comen tamié, 
    que to es alimento… 

    Asi….despasito. 
    ¡no llores, Manuela! 
    Tu no pués, porque no tiés muelas. 
    ¡Es tan chiquitita 
    mi niña bonita!.. 
    Así, despasito, 
    muy remascaito, 
    Migaja a migaja, que dure, 
    le van dando fin 
    a los cinco reales que costó el festín. 
    Luego entre guiñapos durmiendo, 
    por matar el frío, muy apiñaitos. 
    La Virgen María contempla al 'Piyayo' 
    riendo. 
    Y hay un Angel rubio que besa la frente 
    de cada gitano chiquito. 

    ¡A chufla lo toma la gente, 
    y a mí me da pena 
    y me causa un respeto imponente!

    • ¿Tú conoces al 'Piyayo', 
      un viejecillo renegro, reseco y chicuelo; 
      la mirada de gallo 
      pendenciero 
      y hocico de raposo 
      tiñoso… 
      que pide limosna por 'tangos' 
      y maldice cantando 'fandangos' 
      gangosos? 
      ¡A chufla lo toma la gente,