...Tan sólo una mirada, una pupila sólo para todas las cosas. Para la aurora y el ocaso, para el amor y el odio, para el amante y el verdugo, la paloma y la víbora, la estrella y la luciérnaga.
Solamente unas manos para el cáliz y el látigo, para la rosa y para el cacto. Solamente unas manos para la arena y el rocío, para mecer la cuna, y acariciar la sien del esperado, y abrir el último agujero.
Una boca tan sólo para el beso y el grito y para la oración y la blasfemia. Para el suspiro y la mentira, para el perdón y la condena.
Y tan sólo una sangre para escuchar el tiempo, para regar los sueños, para comprar la herida y la agonía, y destilar las lágrimas.
Ah, tan sólo una sangre una boca, unas manos, una mirada solo.
...Tan sólo una mirada, una pupila sólo para todas las cosas. Para la aurora y el ocaso, para el amor y el odio, para el amante y el verdugo, la paloma y la víbora, la estrella y la luciérnaga.