El parque de María Luisa, de Juan Antonio Cavestany | Poema

    Poema en español
    El parque de María Luisa

    Escuche usté amigo, 
    usté ha estao en Sevilla. 
    ¿Ha visto usté el parque de María Luisa? 
    ¿Que no lo conoce?, ¿que no ha estao usté allí? 
    ¡Pos usté no sabe lo que es un jardín! 
    ¡No señó, no lo sabe usté, se lo digo yo! 

    El parque, el paraíso, 
    está a la orilla del río más juncá y más cañí 
    que quizo Dios par lucirse jaciendo río: 
    el Guadarquibí, 
    el río de la gracia y del salero 
    que en eso da lecciones hasta al mar. 

    Porque el mar es más grande 
    y tié más agua, pero menos sal. 
    Un cachito de tierra, un cachito de gloria 
    se puso a echà flores, se puso a echá rosas 
    claveles y azahares y nardos y aromas. 
    Vamos, que las plantas se volvieron locas. 

    Y salió aquel Parque... ¡ay Jesú qué cosa! 
    como el regalo de una reina mora, 
    o para que los ángeles tuvieran alfombra; 
    un mantón de manila con mil bordados, 
    donde los pajarillos no son pintados sino de veras. 
    ¡Hay ruiseñores que cantan por petenera! 

    Un mantón que deslumbra con su reflejo 
    donde las rosas nacen entre azulejo. 
    Y por hermosas también corren 
    la fuente sobre la rosa. 
    ¿Quién bordó ese pañuelo de pedrerìa? 
    ¡El sol, el sol bendito de Andalucía! 

    Pañuelo moro, al que dio por flecos sus rayos de oro. 
    En fin que es un Parque necto, serrano, andalú 
    con jechura, juncal, gitano, la maravilla 
    el pañolón... de flores de mi Sevilla. 
    Pos mié usté una cosa que no va a creer 
    a ese jardiniyo lo giso un francé. 

    ¿Qué tendrá esa tierra, yo me jago cruces, 
    que hasta los franceses los guerve andaluces? 
    ¿Qué dirá el gabacho cuando vaya al Roa? 
    Esto es cualquier cosa, pa jardìn allá. 
    Y querrá de fijo si se va a París 
    gacer otro Parque como lo guiso aquí. 

    Y no va a salirle, ¡qué le va a salir!, 
    si el sol de su tierra parece un candil 
    y las jembras dicen, madam... por gachí 
    que vengan primero si quieren lucí 
    a aprender el Sena del Guadarquibí. 

    Los claveles del Parque de mi Sevilla 
    se suben ellos sola a la mantilla 
    con los que en mayo nacen en su lindero 
    hay pa cubrir de rosas el mundo entero. 
    Ca naranjiyo tiene diez ruiseñores 
    y es aquello una orgía de luz y flores. 

    Cuando entre los rosales que besa el río 
    pasa dándoles celos el mujerío 
    aquello es gloria pura que Dios envía, 
    vamos, ¡la borrachera de la alegría! 
    ¿Y usté no ha estao nunca en el Parque aquel? 
    Pues usté no sabe lo que es un vergel. 
    No señó, no lo sabe usté, se lo digo yo.