Lo único que tenemos es el cuerpo, de Juan Antonio Masoliver | Poema

    Poema en español
    Lo único que tenemos es el cuerpo

    Lo único que tenemos es el cuerpo 
    descendemos o caemos por los pozos del alma 
    y allí están las orillas y la arena, las 
    casas de madera abandonadas, el recuerdo 
    del aro y las canicas, la luz 
    en las paredes de las calles, allí 
    están los gemidos de los muertos 
    que estaban en el patio de la casa, 
    en el bar de los bailes y las mesas 
    de mármol. ¿Qué trenes oigo 
    entre el oleaje? Tropiezo con las puertas 
    y los árboles, llega la lejanía 
    de muy lejos, y el cristal de las fábricas, 
    los caminos se borran, encontramos 
    pájaros y alimañas y caballos, 
    bosques de telarañas 
    y ropa polvorienta. Las madres 
    del prostíbulo nos besaban 
    el vientre y allí nos levantamos 
    abrazados al cuerpo, abandonados, 
    en los soles del agua 
    la mano que nos lleva a la ceniza, 
    a la ciudad de calles circulares 
    borrada eternamente por la luz, oh 
    ciudad de los muertos y de iglesias, 
    de muchachas desnudas en la nieve, 
    de reyes y corceles y de cruces, 
    frágiles primaveras en los bosques, 
    me voy continuamente por el puente 
    a la isla más triste de las aguas, 
    gime tan lejos de cuclillas madre, 
    la hermana muerta araña los cristales, 
    meto en sacas el pan enmohecido, 
    busco y a abro puertas de la luz. 
    Qué suave y delicada es esta muerte, 
    era el amor, era el jardín aciago, 
    era el olvido que ahora ya no es nada. 
    Todo lo que tenemos es el cuerpo 
    y todo lo que tiene el cuerpo es la muerte.