El vigía, de Juan Carlos Abril | Poema

    Poema en español
    El vigía

    Veo en el horizonte un humo verde 
    reptando, caprichoso, 
    igual que una culebra entre las rocas. 
    Y cerca, en el camino a mitad de este sendero, 
    la verja vegetal que lo recubre 
    lujosa, decadente, 
    escarchadas y lánguidas 
    clarean unas ramas. 
    Parecen tensas venas que sujetan 
    a punto de partirse este paisaje 
    en la ventana de la fantasía. 

    Protege la muralla. 
    Y cómo cubre cárdena su imagen 
    y oscila en la penumbra, 
    cómo se pierde, y cómo se difunde. 

    Justo ahí donde empieza la escalera, 
    una escalera natural 
    de piedra, justo ahí es donde paro, 
    y me vuelvo otra vez. 

    Y aquí yo, y tú también, 
    ya nosotros. 
    Con miedo incluso, incluso 
    incertidumbre, en triple dirección. 
    Con la mano temblando al escribir 
    esta venérea milicia, noble 
    título, y mucho más real; pues sabemos 
    que no nos pertenece casi nada, 
    que todo es suyo y nuestro, 
    y que yo no soy nadie. 
    ¿Algo es mío? 

    ¿Cómo es posible ahora 
    escuchar su advertencia? 
    ¿Cómo estar en lo cierto 
    y descifrar los símbolos osados 
    que la belleza desinteresada 
    rasga en nuestras imágenes? 
    ¿Preguntas 
    indefinidamente sin respuesta? 

    Daré la voz de alarma 
    ante cualquier extraño movimiento. 
    Tengo explícitas órdenes 
    de tirar a matar. 

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