Determinarse y luego arrepentirse,
empezar a atrever y acobardarse,
arder el pecho y la palabra helarse,
desengañarse y luego persuadirse;
comenzar una cosa y advertirse,
querer decir su pena y no aclararse,
en medio del aliento desmayarse,
Defiéndeme de este mal
lo que el mismo mal me niega,
pues es tal que al alma llega,
y en ella queda inmortal.
Entiérrese mi querella
de su secreto vencida,
que no es bien que tenga vida
quien busca cómo perdella.
En los peligros buscados
se pierden los prevenidos,
remedios siempre perdidos
es muerte de desdichados.
Secreto yo te guardara
porque Amor manda guardarte,
si decirte y si callarte
la vida no me costara.
Quien sólo supo vivir
en desdichas confirmado
podrá morir confesado,
y confesado, morir.
Una verdad por castigo
pudiera decir, señora,
mas es ya muy tarde agora,
y habrá de morir conmigo.