Palmeras, de Juan Vicente Piqueras | Poema

    Poema en español
    Palmeras

    Nacemos de la sed. Somos palmeras 
    que van creciendo a fuerza de perder 
    sus ramas. Y sus troncos son heridas, 
    cicatrices que el viento y la luz cierran, 
    cuando el tiempo, el que hace y el que pasa, 
    ocupa el corazón y lo hace nido 
    de pérdidas, erige 
    en él su templo, su áspera columna. 

    Por eso las palmeras son alegres 
    como los que han sabido sufrir en soledad 
    y se mecen al aire, barren nubes 
    y entregan en sus copas 
    salomas a la luz, fuentes de fuego, 
    abanicos a dios, adiós a todo. 
    Tiemblan como testigos de un milagro 
    que sólo ellas conocen. 

    Somos como la sed de las palmera, 
    y cada herida abierta hacia la luz 
    nos va haciendo más altos, más alegres. 
    Nuestros troncos son pérdidas. Es trono 
    nuestro dolor. Es malo 
    sufrir pero es preciso haber sufrido 
    para sentir, como un nido en la sangre, 
    el asombro de los supervivientes 
    al aire agradecidos y estallar 
    de alta alegría en medio del desierto. 

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