Poema para mi muerte, de Julia de Burgos | Poema

    Poema en español
    Poema para mi muerte

    Ante un anhelo 
     
    Morir conmigo misma, abandonada y sola, 
    en la más densa roca de una isla desierta. 
    En el instante un ansia suprema de claveles, 
    y en el paisaje un trágico horizonte de piedra. 

    Mis ojos todos llenos de sepulcros de astro, 
    y mi pasión, tendida, agotada, dispersa. 
    Mis dedos como niños, viendo perder la nube 
    y mi razón poblada de sábanas inmensas. 

    Mis pálidos afectos retornando al silencio 
    -¡hasta el amor, hermano derretido en mi senda!- 
    Mi nombre destorciéndose, amarillo en las ramas, 
    y mis manos, crispándose para darme a las yerbas. 

    Incorporarme el último, el integral minuto, 
    y ofrecerme a los campos con limpieza de estrella 
    doblar luego la hoja de mi carne sencilla, 
    y bajar sin sonrisa, ni testigo a la inercia. 

    Que nadie me profane la muerte con sollozos, 
    ni me arropen por siempre con inocente tierra; 
    que en el libre momento me dejen libremente 
    disponer de la única libertad del planeta. 

    ¡Con qué fiera alegría comenzarán mis huesos 
    a buscar ventanitas por la carne morena 
    y yo, dándome, dándome, feroz y libremente 
    a la intemperie y sola rompiéndome cadenas! 

    ¿Quién podrá detenerme con ensueños inútiles 
    cuando mi alma comience a cumplir su tarea, 
    haciendo de mis sueños un amasijo fértil 
    para el frágil gusano que tocará a mi puerta? 

    Cada vez más pequeña mi pequeñez rendida, 
    cada instante más grande y más simple la entrega, 
    mi pecho quizás ruede a iniciar un capullo, 
    acaso irán mis labios a nutrir azucenas. 

    ¿Cómo habré de llamarme cuando sólo me quede 
    recordarme, en la roca de una isla desierta? 
    Un clavel interpuesto entre el viento y mi sombra, 
    hijo mío y de la muerte, me llamará poeta.