Post umbra, de Julián del Casal | Poema

    Poema en español
    Post umbra

    Cuando yo duerma, solo y olvidado, 
    dentro de oscura fosa, 
    por haber en tu lecho malgastado 
    mi vida vigorosa; 

    cuando en mi corazón, que tuyo ha sido, 
    se muevan los gusanos 
    lo mismo que en un tiempo se han movido 
    los afectos humanos; 

    cuando sienta filtrarse por mis huesos 
    gotas de lluvia helada, 
    y no me puedan reanimar tus besos 
    ni tu ardiente mirada; 

    una noche, cansada de estar sola 
    en tu alcoba elegante, 
    saldrás, con tu belleza de española, 
    a buscar otro amante. 

    Al verte mis amigos licenciosos 
    tan bella todavía, 
    te aclamarán, con himnos estruendosos, 
    la diosa de la orgía. 

    Quizá alguno, ¡oh, bella pecadora!, 
    mirando tus encantos, 
    te repita, con voz arrulladora, 
    mis armoniosos cantos; 

    aquellos en que yo celebré un día 
    tus amores livianos, 
    tu dulce voz, tu femenil falsía, 
    tus ojos africanos. 

    Otro tal vez, dolido de mi suerte 
    y con mortal pavura, 
    recuerde que causaste tú mi muerte, 
    mi muerte prematura. 

    Recordará mi vida siempre inquieta, 
    mis ansias eternales, 
    mis sueños imposibles de poeta, 
    mis pasiones brutales. 

    Y, en nuevo amor tu corazón ardiendo, 
    caerás en otros brazos, 
    mientras se esté mi cuerpo deshaciendo 
    en hediondos pedazos. 

    Pero yo, resignado a tu falsía, 
    soportaré el martirio. 
    ¿Quién pretende que dure más de un día 
    el aroma de un lirio?