Bien mirado, las plantas son monstruosas y un bosque, una reunión de aberraciones; y las bestias que vuelan o se arrastran, sin saber para qué, son repugnantes, aunque no todas tengan el ingenio alabado y maldito de la araña. Y bien mirado, la perpetua guerra es la prolongación de la infinita perversidad de la naturaleza con otros medios y los mismos fines. Y, mientras, sólo a tientas anda el alma.
II
Vagas estrellas que arden para nada; muertas lunas que surcan el vacío; el cielo que vigila nuestro insomnio, y, aquí abajo, la sucia piel del mundo y la vida, su huésped más terrible. Lo incomprensible no es que lo crearas, sino que, pese a conocer lo absurdo que era para los hombres tu universo, te hicieses uno de ellos y quisieras participar en esta pesadilla.
Cuando a mi alrededor todo se hunde, pienso en los mapas y en la artillería, en el mundo perfecto de los mapas y en la realidad que lo transforma. Alguien elige un objetivo y alguien, antes de dibujar la trayectoria, busca las referencias del paisaje,