Como tú, de León Felipe | Poema

    Poema en español
    Como tú

    Así es mi vida, 
    piedra, 
    como tú. Como tú, 
    piedra pequeña; 
    como tú, 
    piedra ligera; 
    como tú, 
    canto que ruedas 
    por las calzadas 
    y por las veredas; 
    como tú, 
    guijarro humilde de las carreteras; 
    como tú, 
    que en días de tormenta 
    te hundes 
    en el cieno de la tierra 
    y luego 
    centelleas 
    bajo los cascos 
    y bajo las ruedas; 
    como tú, que no has servido 
    para ser ni piedra 
    de una lonja, 
    ni piedra de una audiencia, 
    ni piedra de un palacio, 
    ni piedra de una iglesia; 
    como tú, 
    piedra aventurera; 
    como tú, 
    que tal vez estás hecha 
    sólo para una honda, 
    piedra pequeña 

    ligera...

    • Ahora camino de noche 
      porque las noches son claras... 
      Y esta noche no hubo luna, 
      no hubo luna amiga y blanca... 
      y había pocas estrellas, 
      pocas estrellas y pálidas... 

      Y era todo triste sin la luna amiga... 
      y era todo negro sin la luna blanca. 

    • Ser en la vida romero, 
      romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos. 
      Ser en la vida romero, 
      sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo. 
      Ser en la vida romero, romero..., sólo romero. 
      Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo, 

    • Y ahora pregunto aquí: 
      ¿quién es el último que habla, el sepulturero o el Poeta? 
      ¿He aprendido a decir: Belleza, Luz, Amor y Dios 
      para que me tapen la boca cuando muera, 
      con una paletada de tierra? 
      No. He venido y estoy aquí, 

    • Oí tocar a los grandes violinistas del mundo, 
      a los grandes 'virtuosos'. 
      Y me quedé maravillado. 
      ¡Si yo tocase así!... ¡Como un 'Virtuoso'! 
      Pero yo no tenía 
      escuela 
      ni disciplina 
      ni método... 
      Y sin estas tres virtudes 

    • No he venido a cantar 
      No he venido a cantar, podéis llevaros la guitarra. 
      No he venido tampoco, ni estoy aquí arreglando mi expediente 
      para que me canonicen cuando muera. 
      He venido a mirarme la cara en las lágrimas que caminan hacia el mar, 
      por el río