Soy un vagabundo, de León Felipe | Poema

    Poema en español
    Soy un vagabundo

    Yo no soy más que un hombre sin oficio y sin gremio, 
    No soy un constructor de cepos. ¿Soy yo un constructor 
    de cepos? 
    ¿He dicho alguna vez: Clavad esas ventanas, poned 
    vidrios y pinchos en las cercas? 
    Yo he dicho solamente: No tengo podadera, ni tampoco 
    un reloj de precisión que marque exactamente los 
    rítmicos latidos del poema. 
    Pero sé la hora que es. 
    No es la hora de la flauta. 
    ¿Piensa alguno que porque la trilita dispersó los orfeones 
    tendremos que llamar de nuevo a los flautistas? 
    No. 
    No es ésta ya la hora de la flauta. 
    Es la hora de andar, de salir de la cueva y andar...  
    de andar...  de andar...  de andar. 

    Yo soy un vagabundo, 
    yo no soy más que un vagabundo sin ciudad, sin decálogo 
    y sin tribu. 
    Y mi éxodo es ya viejo. 
    En mis ropas duerme el polvo de todos los caminos 
    y el sudor de muchas agonías. 
    Hay saín en la cinta de mi sombrero, 
    mi bastón se ha doblado 
    y en la suela de mis zapatos llevo sangre, llanto y tierra 
    de muchos cementerios. 
    Lo que sé me lo han enseñado 
    el Viento, 
    los gritos 
    y la sombra...  ¡la sombra!

    • No me contéis más cuentos, 
      que vengo de muy lejos 
      y sé todos los cuentos. 
      No me contéis más cuentos. 
      Contad 
      y recontadme este sueño. 
      Romped, 
      rompedme los espejos. 
      Deshacedme los estanques, 
      los lazos, 
      los anillos, 
      los cercos, 

    • Y ahora pregunto aquí: 
      ¿quién es el último que habla, el sepulturero o el Poeta? 
      ¿He aprendido a decir: Belleza, Luz, Amor y Dios 
      para que me tapen la boca cuando muera, 
      con una paletada de tierra? 
      No. He venido y estoy aquí, 

    • Que venga el poeta. 
      Y me trajisteis aquí para contar las estrellas, 
      para bañarme en el río y para hacer dibujos en la arena. 

      Éste era el contrato. 
      Y ahora me habéis puesto a construir cepos y candados, 
      a cargar un fusil y a escribir en la oficina de un juzgado. 

    • Así es mi vida, 
      piedra, 
      como tú. Como tú, 
      piedra pequeña; 
      como tú, 
      piedra ligera; 
      como tú, 
      canto que ruedas 
      por las calzadas 
      y por las veredas; 
      como tú, 
      guijarro humilde de las carreteras; 
      como tú, 

    • Yo no sé muchas cosas, es verdad. 
      Digo tan sólo lo que he visto. 
      Y he visto: 
      que la cuna del hombre la mecen con cuentos, 
      que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos, 
      que el llanto del hombre lo taponan con cuentos, 

    • No he venido a cantar 
      No he venido a cantar, podéis llevaros la guitarra. 
      No he venido tampoco, ni estoy aquí arreglando mi expediente 
      para que me canonicen cuando muera. 
      He venido a mirarme la cara en las lágrimas que caminan hacia el mar, 
      por el río 

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