Pueblo, de Luis Palés Matos | Poema

    Poema en español
    Pueblo

    Esta noche me obsede la remota 
    visión de un pueblo negro... 
    -Mussumba, Tombuctú, Farafangana- 
    es pueblo de sueño, 
    tumbado allá en mis brumas interiores 
    a la sombra de claros cocoteros. 

    La luz rabiosa cae 
    en duros ocres sobre el campo extenso; 
    humean rojas de calor las piedras, 
    y la humedad del árbol corpulento 
    evapora frescuras vegetales 
    en el agrio crisol del clima seco. 

    Los aguazales 
    cuajan un vaho amoniacal y denso. 
    El compacto hipopótamo se hunde 
    en su caldo de lodo suculento, 
    y el elefante de marfil y grasa 
    rumia bajo el baobab su vago sueño. 

    Allá, entre palmeras, 
    está tendido el pueblo... 
    -Mussumba, Tomboctú, Farafangana-, 
    caserío irreal de paz y sueño. 

    Alguien disuelve perezosamente 
    un canto monorrítmico en el viento 
    pululado de úes que se aquietan 
    en balsas de diptongos soñolientos 
    y de guturaciones alargadas 
    que dan un don de lejanía al verso. 

    Es la hembra que canta 
    su sobria vida de animal doméstico. 
    Es la negra de las zonas soleadas 
    que huele a tierra, a salvajina, a sexo. 

    Es la negra que canta, 
    y su canto sensual se va extendiendo 
    como una clara atmósfera de dicha 
    bajo la sombra de los cocoteros. 
    Al rumor de su canto 
    todo se va extendiendo, 
    bajo la clara atmósfera de dicha 
    bajo la sombra de los cocoteros. 
    Al rumor de su canto 
    todo se va extinguiendo. 
    Y sólo queda en mi alma 
    la ú profunda del diptongo fiero, 
    en cuya curva maternal se esconde 
    la armonía prolífica del sexo. 

    • Esta noche me obsede la remota 
      visión de un pueblo negro... 
      -Mussumba, Tombuctú, Farafangana- 
      es pueblo de sueño, 
      tumbado allá en mis brumas interiores 
      a la sombra de claros cocoteros. 

    • Calabó y bambú. 
      Bambú y calabó. 
      El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú. 
      La Gran Cocoroca dice: to-co-tó. 
      Es el sol de hierro que arde en Tombuctú. 
      Es la danza negra de Fernando Poo. 
      El cerdo en el fango gruñe: pru-pru-prú.