Elegía en piedra, de Marcelo Ensema Nsang | Poema

    Poema en español
    Elegía en piedra

    Os digo mi destino cuando muera, 
    una tarde, junto a la fuente virgen, 
    a la vera 
    del último recuerdo... 
    Aspiro a que digáis: 
    «Su vida era a la piedra 
    como el canto a la alondra. Exactamente. 
    La dejabas al mimo de la ajena 
    y saltaba la chispa—pedernal— 
    de una sonrisa hueca, 
    marchita desde el centro de sí misma. 
    Te ofrecía su vida firme en la bandeja 
    de su amistad, llena de sí hasta los bordes. . 
    Tenías que decirle: 'Esto pesa', 
    y tus manos cedían, bajo el bulto, 
    a la atracción de la tierra.» 
    «Toma mi vida —te decía— bajo la carne de mi sonrisa fácil.» 
    Era entonces su vida hoja seca 
    en los brazos del viento... 
    Diréis también: «En sus hombros las cabezas 
    amigas tropezaban con aristas 
    de fiera...» 
    Luego me arrojaréis 
    —como una piedra— 
    al centro del olvido. 
    Y yo me quedaré cumpliendo la condena: 
    me moriré de pie como los árboles. 
    Dejaré plantado en la tierra 
    este dolmen opaco que soy. 
    Y quedaré de pie, 
     insensible 
     solo, 
     como una piedra.