Hay un piano en el restaurant,
hay un piano, viejo, asmático,
sirve el tema y nace el plan
para un poema lunático.
Han uncido un hombre al piano,
y él toca sin saber,
toca siempre pero en vano
pues no le ayuda a comer.
Si mis amigos me vieran
en esta tarde de abril,
en verdad que no creyeran
lo que debía ocurrir
con tu hermana la casada
y tu cuñado que es sastre,
...(tu hermana ya está preñada,
y el paseo fue un desastre).
Este poeta con cara
de empleado nacional,
-su elegancia un poco rara
de premio Municipal-.
Vos, con tu carita fina
y tu pasito de alondra,
y la frágil serpentina
de tu risa un poco tonta.
El vientre bien empinado,
-orgullo de recién casada-
como diciendo: 'Esto es nada,
lo hizo el tipo de mi lado'.
Paseándonos por Palermo
con cara de bien comidos,
tu perfil un poco enfermo
estaba rejuvenecido.
¿Ves que mi amor es muy puro?,
¿ves que te quiero de veras?,
de otro modo, te lo juro,
¿cómo pasearme a tu vera?
Yo, el insumiso y el loco,
terror de ricos parientes,
con mi junquillo barroco,
sin nicotina los dientes...
Con la corbata rameada
que tú me cosiste, ufano,
-corbata que con la pomada
me hace héroe flaubertiano.
El vientre de la señora,
la cara lela del tipo,
la dulzura de la hora,
la fontana con su hipo.
Y esa onda que en mi frente
peiné con tanto cuidado,
y la décima doliente
que te hube dedicado.
Los dulces proyectos que
del casorio entretejemos,
proyectos con gusto de
la dicha usual de esos memos.
que nos vigilan despacio,
con su vientre la mujer,
y con su andar de batracio,
el sastre nos puede ver.
Subir a las calesitas
con alegre suficiencia,
escuchar las conferencias
todas plagadas de citas
de socialistas arteros,
mientras vos con tu cuñado
van al TIRO que está al lado
a perder unos dineros.
Imaginación de poeta
feliz en dicha serena,
dulcedumbre a la violeta
con que yo escondo mi pena.
Cuadrito burgués que tejo
en la tarde canserosa,
mientras retrata el espejo
macilenta mariposa
Mientras retrata el espejo
macilenta mariposa,
tu cara tuberculosa,
Rosa, veo de reflejo...
Felicidad que me niega
la vida triste e impiadada,
deseo humilde que alega
una dicha trascurada.
Porque la verdad se diga,
en esta tarde, sabrás:
estoy solo y no mitiga
mi pena el imaginar...
¡Estoy solo y más que nunca
estando solos los dos!
...me llega la risa trunca
de tu tos, de tu tos, de tu tos...