Domingo burgués, de Nicolás Olivari | Poema

    Poema en español
    Domingo burgués

    Si mis amigos me vieran 
    en esta tarde de abril, 
    en verdad que no creyeran 
    lo que debía ocurrir 

    con tu hermana la casada 
    y tu cuñado que es sastre, 
    ...(tu hermana ya está preñada, 
    y el paseo fue un desastre). 

    Este poeta con cara 
    de empleado nacional, 
    -su elegancia un poco rara 
    de premio Municipal-. 

    Vos, con tu carita fina 
    y tu pasito de alondra, 
    y la frágil serpentina 
    de tu risa un poco tonta. 

    El vientre bien empinado, 
    -orgullo de recién casada- 
    como diciendo: 'Esto es nada, 
    lo hizo el tipo de mi lado'. 

    Paseándonos por Palermo 
    con cara de bien comidos, 
    tu perfil un poco enfermo 
    estaba rejuvenecido. 

    ¿Ves que mi amor es muy puro?, 
    ¿ves que te quiero de veras?, 
    de otro modo, te lo juro, 
    ¿cómo pasearme a tu vera? 

    Yo, el insumiso y el loco, 
    terror de ricos parientes, 
    con mi junquillo barroco, 
    sin nicotina los dientes... 

    Con la corbata rameada 
    que tú me cosiste, ufano, 
    -corbata que con la pomada 
    me hace héroe flaubertiano. 

    El vientre de la señora, 
    la cara lela del tipo, 
    la dulzura de la hora, 
    la fontana con su hipo. 

    Y esa onda que en mi frente 
    peiné con tanto cuidado, 
    y la décima doliente 
    que te hube dedicado. 

    Los dulces proyectos que 
    del casorio entretejemos, 
    proyectos con gusto de 
    la dicha usual de esos memos. 

    que nos vigilan despacio, 
    con su vientre la mujer, 
    y con su andar de batracio, 
    el sastre nos puede ver. 

    Subir a las calesitas 
    con alegre suficiencia, 
    escuchar las conferencias 
    todas plagadas de citas 
    de socialistas arteros, 
    mientras vos con tu cuñado 
    van al TIRO que está al lado 
    a perder unos dineros. 

    Imaginación de poeta 
    feliz en dicha serena, 
    dulcedumbre a la violeta 
    con que yo escondo mi pena. 

    Cuadrito burgués que tejo 
    en la tarde canserosa, 
    mientras retrata el espejo 
    macilenta mariposa 

    Mientras retrata el espejo 
    macilenta mariposa, 
    tu cara tuberculosa, 
    Rosa, veo de reflejo... 

    Felicidad que me niega 
    la vida triste e impiadada, 
    deseo humilde que alega 
    una dicha trascurada. 

    Porque la verdad se diga, 
    en esta tarde, sabrás: 
    estoy solo y no mitiga 
    mi pena el imaginar... 

    ¡Estoy solo y más que nunca 
    estando solos los dos! 
    ...me llega la risa trunca 
    de tu tos, de tu tos, de tu tos...