El corazón de piedra, de Pablo Neruda | Poema

    Poema en español
    El corazón de piedra

    Mirad, 
    éste 
    fue el corazón 
    de una sirena. 
    Irremediablemente 
    dura, 
    venía a las orillas 
    a peinarse 
    y a jugar a la baraja. 
    Juraba 
    y escupía 
    entre las algas. 
    Era la imagen 
    misma 
    de aquellas 
    infernales 
    taberneras 
    que 
    en los cuentos 
    asesinan 
    al viajero cansado. 
    Mataba a sus amantes 
    y bailaba 
    en las olas. 



    Así 
    fue transcurriendo 
    la malvada 
    vida de la sirena 
    hasta 
    que su feroz 
    amante marinero 
    la persiguió 
    con harpón y guitarra 
    por todas las espumas, 
    más allá 
    de los más 
    lejanos archipiélagos, 
    y cuando 
    ya en sus brazos 
    reclinó 
    la frente biselada, 
    el navegante 
    le dio 
    un último beso 
    y justiciera muerte. 



    Entonces, del navío 
    descendieron 
    los capitanes 
    muertos, 
    decapitados 
    por aquella 
    traidora 
    sirena, 
    y con alfanje, 
    espada, 
    tenedor 
    y cuchillo 
    sacaron el corazón de piedra 
    de su pecho 
    y junto al mar 
    lo dejaron 
    anclado, 
    para 
    que así se eduquen 
    las pequeñas 
    sirenas 
    y aprendan 
    a comportarse 
    bien 
    con 
    los 
    enamorados 
    marineros.

    Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto nació en Parral, Chile, el 12 de julio de 1904 conocido por el seudónimo y, más tarde, el nombre legal de Pablo Neruda, fue un poeta chileno, considerado uno de los mayores y más influyentes de su siglo, siendo llamado por el novelista Gabriel García Márquez «el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma». Entre sus múltiples reconocimientos destaca el Premio Nobel de Literatura en 1971. En 1917, publica su primer artículo en el diario La Mañana de Temuco, con el título de Entusiasmo y perseverancia. En esta ciudad escribió gran parte de los trabajos, que pasarían a integrar su primer libro de poemas: Crepusculario. En 1924 publica su famoso Veinte poemas de amor y una canción desesperada, en el que todavía se nota una influencia del modernismo. En 1927, comienza su larga carrera diplomática en Rangún, Birmania. Será luego cónsul en Sri Lanka, Java, Singapur, Buenos Aires, Barcelona y Madrid. En sus múltiples viajes conoce en Buenos Aires a Federico García Lorca y en Barcelona a Rafael Alberti. Pregona su concepción poética de entonces, la que llamó «poesía impura», y experimenta el poderoso y liberador influjo del Surrealismo. En 1935, aparece la edición madrileña de Residencia en la tierra.