Tú sigues siendo el misterio de las apariciones que nunca aparecen pero dentro de mí alguien cambió y no volverá a cambiar jamás
ya no hay llanuras en mis montañas ya no hay llanuras y yo yo olvido un sótano de recuerdos dos sótanos llenos y persigo sombreros alegres para dejar de olvidar aunque ya se sabe los sombreros huyen y la alegría y los gatos que no nos felicitan.
Olvido.
Olvido porque ya soy viejo o ya soy joven: he sido tantos alborotos que ya soy viejo he visto a tantos morir mi muerte que ya soy joven he servido a tantos príncipes he ambicionado piedra he falsificado labios y he jadeado no he faltado a la cita y ahora ya no hay fuego en mi fuego o todas mis mentiras son mentirosas y sólo el cansancio me da vida y sólo tocas mi cansancio y ahora hoy nada me duele y tú no me dueles
las tiendas de ultramarinos y los cines de verano y los guerreros indefensos desaparecieron ni siquiera los fabrican fíjate qué triste
herrumbrosas y ajenas nuestra soledad es siempre de los otros herrumbrosas y ajenas y tan herrumbre las soledades que en mi acontecen sin ruidos y sin silencios
hoy nadie me duele y tú no me dueles mujer tan callada y pobre como una grieta santa tierra desterrada yo que para escandalizarte he robado escándalos sólo Judas pudo amarte como yo te amo sólo Judas y sobre ti veo al cielo que ganó el concurso de cielos y al cielo loco que ganó el concurso de nubes y hasta al único caballo que cabalga
santa tierra desterrada tierra santa mi tierra prometida dama de la mayor distancia te he deseado siempre desde el primer reloj
pero dentro de mí alguien cambió así que pronto llorarán mis risas y se arrastrarán mis vuelos pronto oiré un viento raptando hojas y las noches sabrán ser días entonces inmediatamente
Ayúdame soy un cristo que no tiene cruz soy un cristo de crucigrama ayúdame tú la espina más remota tú sueño que se desmaya tú pequeña niebla de piel tú que no mereces ser el cepillo de dientes de María Magdalena tú puedes ayudarme tú puedes ayudarme complicándome la vida complícame la vida complícamela
tú que árida siempre te alejas dame abrazo y herida dame abrazo y herida para tener abrazo
Juana volver a mirarte ha sido. Una enfermedad desconocida lame la tierra. En el sembrado muchos volcanes que nunca se inflamaron. Un milagro cuando los colores se convierten en hijos. Sombras nítidas si es posible en los campanarios.
Quiero pintar de blanco la hierba de la pradera y el compacto césped que recubre los jardines; todos pensarán que venció la fuerza del desierto y yo seré durante años el Dueño de la vida, dejando que me acaricie la tibieza del sueño alado