Últimos cartuchos, de Philippe Soupault | Poema

    Poema en español
    Últimos cartuchos

    La noche tiene ojos sin pupilas 
    y largas manos 
    Qué buen tiempo hace 
    Hay una estrella roja 
    y largas serpientes nocturnas 
    Hace buen tiempo 
    Es necesario gritar para no estar triste 
    las horas danzan 
    Es necesario rugir para no matar 
    para no morir cantando 
    para no enrojecer de vergüenza 
    y de rabia 
    Nada mejor que irse 
    tomar el bastón 
    y caminar 
    Cuando uno agota los nervios 
    y se enfurece 
    Qué buen tiempo hace 
    las campanas repican a difuntos 
    y por la gloria de las armas 
    todo tiene que volver a empezar 
    Pese a la oscuridad veo 
    cómo caen cabezas en el cesto 
    bajo el golpe de la guillotina 
    diviso ahogados que flotan 
    y ahorcados que se balancean 
    Se oyen gritos en los hospitales 
    Qué buen tiempo hace 
    Uno se mira en el espejo 
    por placer 
    y se encuentra realmente feo 
    pero uno piensa en otra cosa 
    para no desesperar 
    Qué se ve 
    realmente 
    qué se ve 
    El cementerio es encantador 
    hay flores coronas 
    cruces e inscripciones 
    Qué buen tiempo hace 
    Qué se oye 
    el sol toca el clarín 
    en las puertas de los cafés 
    es la batalla definitiva 
    la ciudad muere al son de las ranas 
    y las flores caen 
    severamente 
    como árboles desarraigados 
    Aquí están los hombres 
    están tan pálidos como los vivos 
    llevan corbatas rojas 
    bastones con punteras de plomo 
    y diarios de todos los colores 
    Se detienen 
    y juegan 
    a cara o cruz 
    Cada vez hace mejor tiempo 
    Banderas y música al frente 
    inclinamos la cabeza 
    porque cada vez estamos más 
    solos 
    pálidos 
    feos 
    Tenemos que reiniciar la marcha 
    a cara o cruz a risa de vino y licores 
    Los cafés están empavesados 
    como las sonrisas de las damiselas 
    avancemos siempre 
    pronto sabremos lo que ha de venir 
    Realmente hace muy buen tiempo 

    Aldo Pellegrini