Paraíso perdido, de Rafael Alberti | Poema

    Poema en español
    Paraíso perdido

    A través de los siglos, 
    por la nada del mundo, 
    yo, sin sueño, buscándote. 

    Tras de mí, imperceptible, 
    sin rozarme los hombros, 
    mi ángel muerto, vigía. 

    ¿Adónde el Paraíso, 
    sombra, tú que has estado? 
    Pregunta con silencio. 

    Ciudades sin respuesta, 
    ríos sin habla, cumbres 
    sin ecos, mares mudos. 

    Nadie lo sabe. Hombres 
    fijos, de pie, a la orilla 
    parada de las tumbas, 

    me ignoran. Aves tristes, 
    cantos petrificados 
    en éxtasis el rumbo, 

    ciegas. No saben nada. 
    Sin sol, vientos antiguos, 
    inertes, en las leguas 
    por, andar, levantándose 
    calcinados, cayéndose 
    de espaldas, Poco dicen. 

    Diluidos, sin forma 
    la verdad que en sí ocultan, 
    huyen de mí los cielos. 

    Ya en el fin de la Tierra, 
    sobre el último filo, 
    resbalando los ojos, 
    muerta en mí la esperanza, 
    ese pórtico verde 
    busco en las negras simas. 

    ¡Oh boquete de sombras! 
    ¡Hervidero del mundo! 
    ¡Qué Confusión de siglos! 

    ¡Atrás, atrás! ¡Qué espanto 
    de tinieblas sin voces! 
    ¡Qué Perdida mi alma! 

    -Ángel muerto, despierta. 
    ¿Dónde estás? Ilumina 
    con tu rayo el retorno. 

    Silencio. Más silencio. 
    Inmóviles los pulsos 
    del sinfín de la noche. 

    ¡Paraíso perdido! 
    Perdido por buscarte, 
    yo, sin luz para siempre.

    Rafael Alberti nació en 1902 en Puerto de Santa María, Cádiz. Publicó su primer libro de versos en 1925, Marinero en tierra, que Juan Ramón Jiménez prologó con una fraternal carta. En ella, Juan Ramón se confesaba compatriota de Alberti "por tierra, mar y cielo del oeste andaluz". Andalucía es la materia prima de su primer libro, con el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura. El paisaje de la bahía de Cádiz, la tierra y el cielo andaluces y recuerdos de la infancia alimentan La amante (Canciones), publicado en 1926, asumiendo la apariencia de un manual de geografía lírica. Algunos críticos consideran tres fases en su obra: la primera de una raíz popular, fresca, graciosa y ágil; la segunda, un retorno a la tradición culta bajo el influjo de Góngora; y por último, un estilo en el que el humor es casi amargura, con innovaciones surrealistas y un depurado intelectualismo. A partir de 1931, sin pretenderlo, su obra cobra un cariz político. En 1976 regresa a España y es elegido al año siguiente diputado por Cádiz del Partido Comunista, cargo al que renunciaría para dedicarse a su obra. Recibió el Premio Cervantes en 1983. Falleció en Puerto de Santa María, Cádiz, en 1999.