La esposa muerta, de Rafael Duyos | Poema

    Poema en español
    La esposa muerta

    ¿Qué voy a hacer, mujer, sin tu cuidado, 
    cuando noviembre llegue por mis venas? 
    Ya no estarán en pie las azucenas 
    que yo cuidaba en tu jardín cercado. 

    Pero de aquel jazmín que yo he guardado 
    entre dos hojas de romances llenas 
    quedará la nostalgia de mis penas 
    junto al perfume de tu amor callado. 

    Y cuando me pregunten: Y esto, ¿qué era? 
    ¿para qué esta biznaga mustia y rota 
    en el cuaderno de tus versos viejos...? 

    yo les diré que fue...¡la primavera!, 
    el zumo de unos labios gota a gota 
    sembrando la ilusión de huir muy lejos; 

    de huir muy lejos con la fe cautiva 
    en algo que presiento aunque no veo, 
    y ascender, ya sin Venus ni Morfeo, 
    sin humano timón, a la deriva, 

    para encontrar al fin la senda viva 
    que me lleve hasta el Cristo en quien yo creo, 
    sirviéndome tu luz de cirineo, 
    lejos ya de la tierra cielo arriba... 

    Mientras insiste aquí la primavera 
    y alza en nuestro balcón su viejo nido, 
    nido de alegre amor de primavera 

    que busca inútilmente mi latido, 
    porque la primavera... ¡la he perdido 
    desde que tú te fuiste en primavera.