y todo lo echaste a rodar
y en vez de decirte: 'Te quiero',
te dije: -¿Qué quieres cobrar?-
Y me valoraste las rosas,
poniéndole precio al jardín
y fueron tomando las cosas
un tono metálico y ruin.
Y aunque esta verdad me traspasa,
prefiero saber la verdad:
que al mes, pago luz, pago casa
y pago la felicidad.