Al ganado, ¿y para qué? Anónimo, final del siglo XV
¡AY!, lo poco que me queda al final lo perderé. Y después de todo, ¿qué? ¡Con lo poco que me queda!
Dímelo tú, vida mía, todo esto ¿para qué? Mi tristeza, mi alegría, mi incredulidad, mi fe, mi pobre melancolía por la que me salvaré. Dímelo tú, niña mía, que después te cambiaré por otra niña más fría para cambiarla después.
Me muero por que me quieran, pero nunca lo diré. y después de todo, ¿qué? ¿Morir para que me quieran? ¿Que me quieran? ¿Para qué?
Aquel gran amor de un día volverá y yo no estaré, sI es que vuelve todavía. Y después de todo, ¿qué? ¡Aquel pobre amor de un día!
Porque en tu sangre había diecisiete caballos galopando, en el dulce pecado de la carne tú y yo nos encontramos, que el amor vuelve un día de repente, igual que vuelve el árbol del estéril invierno a la más verde mentira del verano.