Porque en tu sangre había diecisiete caballos galopando, en el dulce pecado de la carne tú y yo nos encontramos, que el amor vuelve un día de repente, igual que vuelve el árbol del estéril invierno a la más verde mentira del verano.
Porque en tu sangre había diecisiete caballos galopando, al corazón quisiste llegar y te quedaste entre mis manos. Mi corazón es sitio solamente de corazón. Me lo dejé olvidado en una tierra roja de olivares donde todo es más claro. Déjalo sollozar. Sólo me sirve para un amor lejano.
Pero medí tu cuerpo con mis besos, tus besos con mis labios, para las altas lunas de tus pechos fui poeta romántico, porque en tu sangre había diecisiete caballos galopando.
Porque en tu sangre había diecisiete caballos galopando, en el dulce pecado de la carne tú y yo nos encontramos, que el amor vuelve un día de repente, igual que vuelve el árbol del estéril invierno a la más verde mentira del verano.