La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson - Ediciones Espuela de Plata

Stevenson empezó a escribir La Isla del Tesoro en unas vacaciones estivales al norte de Escocia, en 1881, a petición de un jovencito de 13 años llamado Lloyd Osborne. Es bien conocido que escribió la novela al tiempo que la ideaba en su cabeza, casi como si de un juego se tratara y a partir de un mapa imaginario que él mismo dibujó de la isla y a la que fue añadiendo los más diversos paisajes: montes, cabos, bahías, acantilados... A la tarea de confeccionar esta novela tan itinerante, pronto se unieron los padres, además de otros familiares y amigos: la novela se había convertido en el pasatiempo familiar de las vacaciones. Sin duda esta particular y espontánea planificación de la obra contribuyó a darle ese ritmo frenético y esa frescura que han hecho de la isla del tesoro un auténtico canto a la libertad, convirtiéndola en lectura universal obligada de la que ningún lector, que quiera presumir de serlo, ha de renunciar al menos media docena de veces a lo largo de su vida de lector, y si renunciara, si es que acaso puede renunciarse, sea por buscar y vivir mejores e intensas aventuras, si es que esto es posible más allá de este libro, siguiendo y manteniendo intacta la intención primera de Stevenson al publicar la novela: 'Que a ti también, / como a Jim Hawkins aquel día, / te aguarde una Hispaniola'. Pero mientras aguardamos la visita de nuestra particular Hispaniola, leer o releer La Isla del Tesoro -hoy con la excusa de conocer la excelente traducción que rescatamos del poeta José María Álvarez-, puede funcionar como inmejorable sustituto hasta que llegue ese día. Si es que algún día llega.
Tapa blanda
210 x 150 mm
352 páginas
841517764X
9788415177647

Índice

Narrativa

Robert Louis Balfour Stevenson (1850-1894), nació en Edimburgo, Escocia, el 13 de noviembre de 1850 en el seno de una familia acomodada. Inició estudios de ingeniería, los cuales abandonó para estudiar Derecho, profesión que nunca llegó a ejercer, pues su verdadera pasión era la literatura. Aquejado de tuberculosis, el escritor viajó por diversos lugares del mundo en busca de un clima mas adecuado para su salud. Estos viajes fueron precisamente los temas de sus primeros libros: Viaje tierra adentro (1878) y Viajes en burro por las Cevannes (1879). En el primero cuenta el recorrido que realizó en canoa a través de Francia y Bélgica, en 1876. Entre sus múltiples relatos cabe destacar dos narraciones geniales: La Isla del Tesoro (1883), en la que cuenta una trepidante historia sobre la búsqueda de un tesoro enterrado y El extraño caso del doctor Jeckyll y mister Hyde (1886), en la que bajo la forma de una historia de misterio, el autor reflexiona sobre el bien y el mal como rasgos esenciales del ser humano.

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