Mi corazón, quédate cerca al que conoce tus caminos Ven bajo la sombra del árbol que conforta con flores frescas, No pasees despreocupadamente por el bazar de los perfumeros, Quédate en la tienda del azucarero. De no encontrar el verdadero equilibrio, cualquiera puede engañarte: Cualquiera puede adornar algo hecho de paja Y hacerte tomarlo por oro. No te inclines con un tazón ante cualquier olla hirviendo En cada olla sobre el fogón, encontrarás cosas muy diversas: No en todas las cañas hay azúcar, no en todos los abismos hay cimas; No todos los ojos pueden ver, no en todos los mares abundan perlas. ¡Ay ruiseñor, con tu voz de miel oscura! ¡Sigue lamentándote! ¡Solo tu éxtasis puede penetrar en el duro corazón de la roca! ¡Ríndete y si el Amigo no te acoge, Sabrás que tu interior se está revelando como un hilo ¡Que no quiere pasar por el ojo de una aguja! ¡El corazón despierto es una lámpara, protégela con la basta de tu manto! Apresúrate y escapa este viento porque el clima es adverso. Y cuando hayas escapado, llegarás a una fuente Y allí encontrarás un Amigo que siempre nutrirá tu alma Y con tu alma siempre fértil, te convertirás en un gran árbol que crece interiormente Dando dulce fruto por siempre.
En el alba de la felicidad, Me diste tres besos para despertar A ese momento de amor. Traté de recordar en mi corazón Lo que había soñado durante la noche, Antes de estar consciente De este movimiento de la vida. Encontré mis sueños
Mi corazón, quédate cerca al que conoce tus caminos Ven bajo la sombra del árbol que conforta con flores frescas, No pasees despreocupadamente por el bazar de los perfumeros, Quédate en la tienda del azucarero.