Cubierto de jiras, Al ábrego hirsutas Al par que las mechas Crecidas y rubias, El pobre chiquillo Se postra en la tumba: Y en voz de sollozos Revienta y murmura: 'Mamá, soy Paquito; No haré travesuras. '
Ojos que nunca me veis, por recelo o por decoro, ojos de esmeralda y oro, fuerza es que me contempléis; quiero que me consoléis hermosos ojos que adoro; ¡estoy triste y os imploro puesta en tierra la rodilla! ¡Piedad para el que se humilla,
Como viste ropaje tan leve me da pesadumbres, pues él filtra y enseña vislumbres de la carne de rosa y de nieve. ¡Y qué andar! La mocita se mueve con garbo de chula. Viene y va, y en la marcha modula un canto de líneas,